Mi querido Zar.

Cristina Brocos.



Sinopsis.
Cuando sube al avión rumbo a sus deseadas vacaciones en Canarias, Cristina solo piensa en olvidar un matrimonio roto. En sus planes está disfrutar del sol, descansar y entretenerse con la lectura de maravillosas novelas románticas, su género favorito. Lo último que Cristina espera de este viaje es exactamente lo que va a sucederle: conocer a Misha, un empresario ruso millonario, atractivo, viril y tremendamente sexy, y que este se fije en ella, en una maestra gallega treintañera con la autoestima algo baja, un pasado triste a su espalda y una risa muy contagiosa.
Junto a él, Cristina siente todo lo que había imaginado cuando leía su novela de cabecera, Cincuenta sombras de Grey: noches de sexo desenfrenado, regalos generosos… Y amor de verdad. Sin embargo, a pesar de estar viviendo ese sueño, ella no termina de creérselo. ¿Puede la vida ser tan fantástica como en las novelas? ¿Existen en el mundo real los finales felices?
Opinión personal.
Huyendo de su pasado, aterrada, débil, sin ninguna barrera, vulnerable a cualquiera, Cristina, nuestra protagonista, emprende un viaje que le cambiará la vida por completo. Pero, ella no ha viajado sola. Dos angelitos la acompañan. Si, si, sus ángeles de la guarda. Uno malo, con alas negras y un cachondeo impresionante, y uno bueno, con alas blancas y tan responsable que hasta rabia te da. 
MAB: No digas tonterías. El pasado es el que ha dado lugar al presente y el motivo de que muchas sean como son. Hay que mirarlo con lupa porque suele guardar el secreto de todos nuestros miedos.
MAM: ¿No te habrás fumado el porro que dejé a medias? Porque esa lucidez no es normal.
Lo que en principio parecen unas simples vacaciones de una profesora treintañera, más tarde descubrimos que esconde mucho más. Ni se imagina lo que le depararán esas Islas Canarias que elige como destino, y mucho menos quién la espera con ansias sin ni siquiera él saberlo.
Al llegar allí, huyendo de su exmarido, el cual la maltrataba sin ninguna compasión, se despeja un poco ese cielo nublado que no le permitía ver los rayos del sol cuando un hombre alto, fuerte, de ojos negros como el azabache, pasa por delante de ella. Al principio, al ver que había una rubia despampanante allí, ni siquiera piensa que aquel dios se fuese a fijar en ella. ¿Quién iba a querer a una chica gorda como ella?
Pues sí, ¡ÉL!
Misha, un joven millonario, ruso, atractivo y… ¡vecino de habitación de Cris! Andaba de flor en flor, buscando mujeres que le acompañasen en las noches para echar un polvo rápido y despedirse. Hasta que escuchó una risa en la terraza de la habitación de al lado. La primera vez que la escuchó reírse fue como escuchar el canto de una sirena, la llamada de un ángel recién caído del cielo y puesto antes sus ojos.
Al principio, la relación no es fácil. Misha, el ruso de ojos negros, hace todo lo posible por conquistarla y ella cierra unas barreras que no le dejaban ver lo realmente hermosa que ella era. Barreras que le puso Carlos, su exmarido, por mucho tiempo.
Conforme va avanzando la novela, vemos que Misha consigue acercarse más a ella con ayuda de su amigo y compañero, Serguei.
En ese entonces, Cristina ya está más relajada, más segura de sí misma. Pero su vida sigue sin ser fácil. Su madre la llama simplemente cuando le conviene, el hijo de su amiga Paula está grave, su exmarido la busca, ella lo sabe, y también sabe que la acabará encontrando. Y no solo ella, Misha también está al tanto de todos los pasos que Carlos sigue. Lo vigila y sabe que más tarde o más temprano encontrará a esa mujer que le ha robado el corazón con su risa.
Misha, intentando protegerla, le pone escoltas que la acompañan a todas horas. La asfixian y le privan de su libertad sin percibirlo. Pero Cristina sabe de sobra que no se ha quitado unas cadenas para encerrarse en una jaula.
- Pero, Misha…, yo,,, no quiero sentirme encarcelada de nuevo... No quiero... No me he escapado de una cárcel para acabar en otra.- Ya no puedo aguantar el llanto.

- ¡No, no, no, no llores!- dice abrazándome suavemente-. Tendrás toda la libertad que necesites pero estando protegida, mi vida. 

 
En ese preciso momento, podemos ver un cambio radical en su personaje. Se vuelve una mujer valiente, fuerte y segura de si misma. Pero…
¿Valdrá esto para acabar con su pasado?
¿Qué harán para impedir una catástrofe?
 ¿Conseguirá Cristina salir sola de esta o necesitará ayuda?
Lo que más me ha fascinado de esta novela es el cambio tan radical que ha dado Cristina a lo largo de ella. Pasa de ser una mujer aterrada, insegura de sí misma, a ser una mujer valiente, fuerte, que sabe lo que quiere y cuando lo quiere.
Lo que menos me ha gustado ha sido el control que sometía Misha en Cristina. Era como que intentaba protegerla, pero la asfixiaba. No la dejaba elegir sus propias decisiones, solucionar sus problemas, se pasaba todo el tiempo diciéndole lo que tenía que hacer, cuando lo tenía que hacer y como lo tenía que hacer, y eso a mí me parece que le ha quitado mucho al personaje. Tampoco me ha gustado las vueltas que le da la autora a las cosas. Creo que el libro tiene demasiadas páginas para lo que realmente se cuenta en él.
Quitando todo eso, la novela ha sido entretenida, aunque a ratos aburrida, y me ha abierto aún más los ojos.
Lo que esta historia relata pasa a diario. Miles de mujeres son maltratadas en sus hogares y más de la mitad ni denuncian. La gente que rodea a la pareja muchas veces no piensa que el maltratador sea eso, ya que da una cara muy diferente. Es gracioso, simpático y hasta ayuda demasiado a los demás, pero cuando están solos le hace pasar por un infierno a la mujer que vive con él.
Esto no quiero que sea una simple reseña de una novela, quiero que abra los ojos a tantas personas como pueda y que, si ves esto, o lo sufres, denuncies, huyas. Ninguna mujer se merece vivir atada a las cadenas de ningún hombre.
Recordad, mujeres, somos fuertes, valientes, inteligentes, guerreras, y todas y cada una de nosotras tenemos una diosa dentro que es despampanante.

Puntuación.
3´5/5



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